Introducción
Las enfermedades cardiovasculares (EC) son una de las principales causas de muerte
en el mundo, la Organización Mundial de Salud (OMS) estimó que 17.9 millones de personas
murieron en el 2016 a causa de enfermedades cardiovasculares representando el 31%
de las muertes a nivel global y de estas el 85% debido a infarto agudo al miocardio
(IAM) y a accidentes cerebrovasculares.1,2 En México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó 116 002
defunciones en 2015. Además, debido a la edad de ocurrencia, el IAM es una de las
principales causas de pérdida de años de vida saludables, afecta a la población económicamente
activa. Los jóvenes sobrevivientes de EC como IAM pueden afrontar un serio deterioro
en su calidad de vida, lo cual genera mayor necesidad de atención médica y social
durante un periodo de tiempo más largo, además de una menor capacidad laboral. 3,4
Los factores de riesgo para estos eventos como el sobre peso y la obesidad se encuentran
en la tasa más alta dentro de los países miembros de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE). Debido a la magnitud del problema se tiene la necesidad
de indagar el impacto que tiene en la población esta enfermedad y las modificaciones
que vida de los pacientes la isquemia coronaria.5 Las políticas propuestas por la OMS para la reducción de las EC se basan principalmente
en la modificación de estilo de vida de la persona, lo que implica la realización
de autocuidado, la teórica Dorothea Orem, establece que la habilidad para ocuparse
del autocuidado es conceptualizada como una habilidad humana llamada agencia de autocuidado;
para el desarrollo de estas habilidades el individuo debe contar con elementos como:
capacidades fundamentales y de disposición de autocuidado, componente de poder y capacidad
de operacionalizar, los cuales permiten a la persona regular su funcionamiento y desarrollo,
realizando actividades de autocuidado.3,6
El medir la calidad de vida del paciente tomando como punto de referencia los resultados
en
salud, ayuda a evaluar su impacto, la carga de morbilidad y apego que este tiene
a
las recomendaciones del personal de salud. Tomando en cuenta que la CVRS, también
denominada estado de salud o estado funcional, se ha definido como el componente
de
la CV, que es debido a las condiciones de salud de las personas y que está referida
a partir de las experiencias subjetivas de los pacientes sobre su salud global,
diversos factores se han asociado a la calidad de vida de pacientes con enfermedad,
encontrándose diferencias con las condiciones socioeconómicas y el nivel educativo
alcanzado. Desde el punto de vista clínico, el tipo de enfermedad, comorbilidades,
medicamentos utilizados, entre otros, han sido los elementos con frecuencia
referenciados. 7,8
Por otro lado, un punto importante que influye en la salud del individuo es el autocuidado,
eslabón fundamental en la modificación de factores de riesgo en salud cardiovascular,
que se define, como: las acciones que asumen las personas en beneficio de su propia
salud, sin supervisión médica formal, son practices de personas y familias a través
de las cuales se promueven conductas positivas de salud para prevenir enfermedades;
involucrando dimensiones como las mencionadas en el estudio realizado a pacientes
que viven con enfermedad coronaria por Bastidas, Olivella y Bonilla en lo que respecta
al cambio del estilo de vida, espiritual y apoyo familiar, farmacológica, nutricional,
actividad en la casa y ejercicio físico.9,10
El conocimiento del comportamiento de los individuos en cuanto al autocuidado y la
calidad de vida posevento isquémico, puede dirigir acciones necesarias para modificar
los factores de riesgo presentes que ponen en peligro a la población de presentar
un nuevo evento.
La cardiopatía isquémica es una entidad común en la población mexicana y sus consecuencias
causan daños irreversibles a los individuos, desde físicos hasta psicológicos; asimismo,
afecta no solo al paciente, también a la familia, en consecuencia, la prevención secundaria
puede favorecer la reintegración de la persona y evitar complicaciones a largo plazo,
como los reingresos hospitalarios y la muerte; sin embargo, existen pocos estudios
que aborden a la persona con un modelo preventivo y que repercuta en su calidad de
vida. Por lo precedente, se plantea analizar la relación que existe entre el autocuidado
y la calidad de vida del paciente con cardiopatía isquémica, así pues, permitirá crear
estrategias para mejorar para responder y dar posibles soluciones a este fenómeno
que afecta a la población causando estragos sociales y económicos.
Material y métodos
Se realizó un estudio correlacional, prospectivo y transversal en el Instituto Nacional
de
Cardiología Ignacio Chávez de la Ciudad de México. Para el presente estudio se
definió autocuidado como las acciones que asumen las personas en beneficio de
su
propia salud, sin supervisión médica formal, son las prácticas de personas y
familias a través de las cuales se promueven conductas positivas de salud para
prevenir enfermedades,8 y calidad
de vida, como: la percepción, por parte de los individuos o grupos de que se
satisfacen sus necesidades y no se les niegan oportunidades para alcanzar un estado
de felicidad y realización personal.6 De una población de N=1700 pacientes que egresan al año del
Instituto, se obtuvo una muestra no probabilística por conveniencia de n=101
pacientes que presentaron IAM durante marzo a julio 2018.*
La selección de los participantes se realize de forma aleatoria simple, considerando
el censo diario y el informe de pacientes en estado de prealta; se incluyeron aquellos
pacientes con IAM con o sin elevación del segmento ST, mayores de 18 años y menores
de 90 de ambos sexos y con seguimiento en la consulta externa del Instituto; se excluyeron
a pacientes que hablaban un idioma diferente al español o no comprendían el español
y con alteraciones psiquiátricas o cognitivas.
La recolección de datos se realizó a través de un instrumento ecléctico constituido
por 6
instrumentos validados: el primero lo conforman datos sociodemográficos: como
edad,
sexo, ocupación, estado civil, lugar de residencia, escolaridad, número de hijos,
horas dedicadas a sus actividades, actividades realizadas, enfermedades que padece,
hospitalizaciones previas en el año, dependencia de cuidado, tiempo de traslado
a su
unidad médica más cercana de casa y tratamiento.
El segundo apartado contiene el Self-Care Agency Scale, la cual tiene un alfa de Cronbach
de
0.88 y se encuentra constituida por 24 ítems con escala de respuesta tipo Likert,
desde totalmente en desacuerdo hasta totalmente de acuerdo, con un puntaje de
24 a
96, considerando como muy baja agencia de autocuidado=24-43; baja agencia de
autocuidado=44-62; regular agencia de autocuidado=63-81 y buena agencia de
autocuidado=82-96 puntos. 6,11,12
En el tercero se encuentran 12 ítems del instrumento STEPS para medir el comportamiento
del tabaquismo al evaluar la situación actual del fumador, cantidad y duración, cantidad
según el tipo de producto; las respuestas son dicotómicas y abiertas. Mientras que,
en el cuarto apartado, se encuentra el instrumento IPAQ versión corta “últimos 7 días”
con un alfa de Cronbach de 0.9 y validado por expertos, el cual mide el nivel de actividad
física realizada por intensidad a través de cuatro dominios: laboral, doméstico, de
transporte y del tiempo libre. 13
En el quinto apartado, se agregó el instrumento de calidad de vida SF-36 validado
en estudios
previos con un índice de confiabilidad por alfa de Cronbach entre 0.74 a 0.93
en
población con infarto agudo al miocardio, compuesto por 36 ítems que exploran
8
dimensiones (capacidad funcional, vitalidad, aspectos físicos, dolor, estado general
de salud, aspectos sociales, aspectos emocionales y salud mental); la escala de
respuesta era tipo Likert oscila entre 3-6, cada pregunta recibe un valor que
posteriormente se trasforma en una escala que va del 1-100; se considera de 0-50
peor estado de salud y 51-100 mejor estado de salud.14-16
Por último, la cédula de datos antropométricos y bioquímicos basada en las normas
oficiales
mexicanas17,donde se registró
peso, talla e índice de masa corporal, presión arterial, proteína C reactiva de
alta
densidad, circunferencia abdominal, triglicéridos, lipoproteínas de baja densidad,
lipoproteínas de alta densidad, nivel de glucosa en sangre, nivel de creatinina,
enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo II, dislipidemia,
insuficiencia renal, evento vascular cerebral previo, síndrome metabólico y como
última opción a elegir en este ítem, otra.
Con la información obtenida se realizó el análisis de los datos a través del programa
estadístico para las ciencias sociales en su versión 21 (SPSS, por sus siglas
en
inglés) con frecuencias y porcentajes para las variables cualitativas, y medidas
de
tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas; así mismo
pruebas de correlación de Pearson, Spearman, regresión lineal, considerando una
significancia estadística de p<0.05.18 El aspecto ético-legal de la investigación se
apoyó en la Ley General en Materia de Investigación para la Salud, y bajo lo
contenido en la Norma Oficial Mexicana NOM-012-SSA3-201239 que cataloga a la
presente investigación como de bajo riesgo. Se respetaron los lineamientos de
la
Norma Oficial Mexicana NOM-004-SSA3-2012,40 y conforme a lo estipulado en los
códigos internacionales en investigación y bioética. De igual forma, se aprobó
por
el Comité de Ética de la institución y se generó un folio.19-23
Resultados
La población de estudio se encontró en un rango de edad entre 34 y 86 años; predominó
el
género masculino con el 89.1%, el 54.5% eran casados o vivían en unión libre;
residían en la Ciudad de México 53.5% y 23.8% en el Estado de México; 19.8% estaban
desempleados; el 42.6% con un nivel de estudios medio superior, 57.4% contaba
con
educación básica. El 23.8% presento diagnóstico médico de diabetes mellitus tipo
II
(DM II), 17.9% hipertensión arterial (HTA), 6% HTA y otra enfermedad, 19.8% DM
II e
HTA, 7% DM II, HTA y otra enfermedad y ninguna 32%.
De los pacientes incluidos el 51.5% tenía sobrepeso y el 18.8% obesidad. En cuanto
al nivel de triglicéridos, se observó en el 45.5% un nivel recomendable (<150 mg/dL)
y un 22.8% un alto riesgo (>200 mg/dL); respectivamente el 31.7% limítrofe (150-200
mg/dL). El colesterol de baja densidad (LDL) en el rango recomendable (<130 mg/dL)
se encuentran el 82.2%. Otro dato relevante en los parámetros bioquímicos es que el
55.4% presentó hiperglucemia (>100 mg/dL), de los cuales algunos ya se conocen con
diagnóstico de DM II, sólo el 32.7% tuvo un rango normal (70-100 mg/dL).
En lo referente a dependencia para cuidados el 38.8% depende de su esposa, 11.9% de
la esposa y los hijos, 16.8% de los hijos y 17.8% de nadie. En hábitos tabáquicos
el 47.5% de los pacientes fumó antes del evento cardiovascular algún producto derivado
del tabaco y el 10% continua fumando. El 48.5% de la población refieren tomar el tratamiento
secundario básico de IAM que consta de antihipertensivo, estatina e inhibidor de agregación
plaquetaria y el 40.6% el tratamiento secundario básico más otro tipo de fármacos;
en la actividad física como tratamiento secundario el 38.7% mencionó que realiza ejercicio.
El 43.6% ha tenido 1 hospitalización en el último año, el 47.5% ninguna y el 6.9%
2 hospitalizaciones. En cuanto al tiempo de traslado a su unidad médica más cercana,
el 16.8% hace 30 minutos, 21.8% hace 60 y el 8.9% de 10-15.
En la variable de autocuidado, 33.7% está de acuerdo con que le faltan las fuerzas
necesarias para cuidarse como debe y el 14.9% está totalmente de acuerdo. El 17.8%
está en desacuerdo y el 9.9% totalmente en desacuerdo que para mantener el peso que
le corresponde hace cambios en sus hábitos alimenticios, mientras que el 43.6% está
de acuerdo. En cuanto a poder buscar mejores formas para cuidar su salud de las que
tiene ahora el 42% está de acuerdo y el 30% totalmente de acuerdo.
El 27.7% está en desacuerdo en lograr descansar y hacer ejercicio durante el día porque
no logra hacerlo, sólo el 35.6% está de acuerdo, porque cuando lo piensa logra llevarlo
a cabo. El 46.5% refiere estar de acuerdo en que a pesar de sus limitaciones para
movilizarse es capaz de cuidarse como le gusta y el 38.6% está totalmente de acuerdo.
En relación con la agencia de autocuidado, se observó que el 69% de los pacientes
tienen buena agencia de autocuidado y el 30% regular; no obstante, el resto muy baja
agencia de autocuidado. De acuerdo, con las dimensiones, destaca la capacidad de poder
con el 78% de buena agencia de autocuidado, quedando la dimensión de operacionalización
como la más baja en cuanto a buena agencia de autocuidado con un 62.4% (gráfica 1).
Gráfica 1
Instituto Nacional de Salud de la Ciudad de México. 2018
Capacidad de Autocuidado por dimensiones en pacientes con cardiopatía isquémica
En lo que concierne al instrumento SF-36 de calidad de vida relacionado con la salud,
el 50% de las personas respondió que su salud actual lo limitaba mucho para realizar
esfuerzos intensos, como correr y levantar objetos pesados; el 41.6% hizo menos de
lo que hubiera querido hacer a causa de su salud física, el 49.5% mencionó que tuvo
que dejar de hacer algunas tareas en su trabajo a causa de su salud física, lo cual
se observa en la dimensión de desempeño físico donde el 36.6% tiene la percepción
de peor salud; en consecuencia, peor calidad de vida.
El 35.6% de los pacientes señaló que su percepción en salud es en general regular
y el 43.6% como buena; en cuanto a su estado de salud en el futuro sólo el 11% cree
que su salud va a empeorar, mientras el 60.4% piensa que es falso que pueda empeorar,
dando como resultado el 88.1% de pacientes con cardiopatía isquémica y experimente
una sensación de mejor salud y calidad de vida.
El 37% mencionó que hizo menos de lo que hubiera querido hacer a causa de problemas
emocionales, en este sentido, no se observa relación en la dimensión de desempeño
emocional, ya que el 100% de los pacientes percibe una mejor salud relacionada con
calidad de vida.
En la dimensión de nivel de función social donde el 78.2% de los pacientes tenía una
mejor salud relacionada con calidad de vida, para el 19.8% sus problemas emocionales
o físicos han dificultado sus actividades sociales, un 10.9% regular y un 56.4% nada.
Como resultado final el 93% de los pacientes con cardiopatía isquémica tiene una percepción
de mejor salud relacionada con la calidad de vida.
La variable CVRS tiene mayor correlación positiva débil en sus dimensiones salud mental
(r= 0.792, p= 0.000), vitalidad
(r= 0.773, p= 0.000), así como función física
(r= 0.789, p= 0.000) y en la dimensión de desempeño físico
(r= 0.671, p= 0.000) esto da como resultado
que los determinantes de percepción de funcionamiento corporal y psicológico,
refuerzan la sensación que experimenta el paciente de mejor salud relacionada
con
calidad de vida (cuadro I).
Cuadro I
Matriz de correlación del autocuidado con la calidad de vida, índice de masa corporal
y presión arterial en pacientes de un Instituto Nacional de Salud de la Ciudad de
México. 2018. n = 101
|
Autocuidado |
Calidad de vida relacionada con la salud SF36 |
Índice de masa corporal en km/m2 |
Tensión arterial sistólica (mmHg) |
Tensión arterial diastólica (mmHg) |
Glucosa (mg/dL) |
Autocuidado
|
1
|
0.447**
|
-0.122
|
-0.003
|
-0.082
|
-0.128
|
Calidad de vida relacionada con la salud SF36
|
|
1
|
0.015
|
0.062
|
0.000
|
-0.073
|
Índice de masa corporal en km/m2 |
|
|
1
|
-0.055
|
0.182
|
0.063
|
Tensión arterial sistólica (mmHg)
|
|
|
|
1
|
0.104
|
-0.039
|
Tensión arterial diastólica (mmHg)
|
|
|
|
|
1
|
0.217* |
La CVRS y la variable autocuidado muestran una correlación positiva (r= 0.447, p= 0.000) con la dimensión capacidad de poder (r= 0.443, p= 0.000), capacidad de operacionalización (r= 0.418, p= 0.000) dado que el paciente pos IAM al poder realizar acciones a favor de su salud
y tener el conocimiento de estas puede llevarlas a cabo y reflejarse en una mejor
CVRS (cuadro II).
Cuadro II
Matriz de correlación de calidad de vida y autocuidado con sus dimensiones. Instituto
Nacional de Salud de la Ciudad de México. 2018. n = 101
|
CV |
DCS |
DSM |
DDE |
DFS |
DV |
DSG |
DDF |
DDeF |
DFF |
AC |
DCP |
DCO |
DCF |
Calidad de vida relacionada con la salud. SF-36 (CV)
|
1
|
0.359**
|
0.792**
|
0.667**
|
0.071
|
0.773**
|
0.584**
|
0.626**
|
0.671**
|
0.789**
|
0.447**
|
0.443**
|
0.418**
|
0.344**
|
Dimensión cambio en salud (DCS)
|
|
1
|
0.225*
|
0.102
|
0.012
|
0.157
|
0.177
|
0.254*
|
0.137
|
0.305**
|
0.124
|
0.090
|
0.100
|
0.166
|
Dimensión salud mental (DSM)
|
|
|
1
|
0.613**
|
0.000
|
0.593**
|
0.365**
|
0.377**
|
0.504**
|
0.434**
|
0.377**
|
0.347**
|
0.347**
|
0.329**
|
Dimensión desempeño emocional (DDE)
|
|
|
|
1
|
0.073
|
0.400**
|
0.325**
|
0.330**
|
0.516**
|
0.489**
|
0.322**
|
0.370**
|
0.280**
|
0.260**
|
Dimensión función social (DFS)
|
|
|
|
|
1
|
0.144
|
-0.076
|
0.057
|
-0.120
|
-0.134
|
0.098
|
0.045
|
0.105
|
0.086
|
Dimensión vitalidad (DV)
|
|
|
|
|
|
1
|
0.434**
|
0.381**
|
0.469**
|
0.472**
|
0.310**
|
0.349**
|
0.296**
|
0.184
|
Dimensión salud general (DSG)
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.157
|
0.293**
|
0.328**
|
0.256**
|
0.273**
|
0.228*
|
0.210*
|
Dimensión. dolor físico (DDF)
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.366**
|
0.528**
|
0.276**
|
0.247*
|
0.254*
|
0.244*
|
Dimensión desempeño físico (DDeF)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.567**
|
0.203*
|
0.234*
|
0.174
|
0.173
|
Dimensión función física (DFF)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.372**
|
0.370**
|
0.366**
|
0.235*
|
Autocuidado (AC)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.815**
|
0.970**
|
0.824**
|
Dimensión capacidad de poder (DCP)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.715**
|
0.588**
|
Dimensión capacidad de operacionalización (DCO)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
0.708**
|
Dimensión capacidades fundamentals (DCF)
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1
|
El autocuidado muestra correlación positiva fuerte en sus dimensiones de poder (r= 0.815, p= 0.000), operacionalización (r= 0.970, p=0.000) y capacidades fundamentales (r= 0.824, p= 0.000) (cuadro II). Por otra parte, se observa una relación lineal débil entre el autocuidado y la
CVRS, con un coeficiente de determinación r2=0.20, lo que indica que el modelo explica solo el 20 % de la asociación.
Discusión
El género masculino predominó lo que concuerda con más del 90% de los estudios encontrados
en el tema de IAM, en su mayoría se desempeñan en trabajos informales y hay una alta
tasa de desempleo, lo cual tiene relación con la sensación de alteración en lo referente
al desempeño físico, punto que no se menciona en otros estudios.
Contrario a los resultados positivos de auto- cuidado que realiza la población, los
factores
de riesgo como la hiperglucemia, sobrepeso, obesidad y tabaquismo siguen estando
presentes como un peligro latente, lo que concuerda con otros estudios como el
de
Rojas-Reyes. 24 La magnitud del
problema demanda la necesidad de analizar el impacto que causa esta enfermedad
en la
población y las modificaciones realizadas en la vida de los pacientes, por esto
las
políticas propuestas por la OECD y OMS para la reducción de EC se basan
principalmente en la modificación de estilos de vida de la persona, lo que implica
llevar a la práctica autocuidado; materia con grandes áreas de oportunidad en
cuestiones de educación hacia la población dado que los resultados arrojados indican
que las personas no se apegan en todas sus dimensiones a estas actividades, ninguna
cumple más del 80%.3,5
Un punto a considerar es que la población menciona sentirse capaz de buscar mejores
formas
para cuidarse, en este sentido, la CVRS y la variable autocuidado muestra una
correlación positiva con la dimensión capacidad de poder y capacidad de
operacionalización, a la vez que el paciente pos IAM al realizar acciones a favor
de
su salud y tener el conocimiento de estas para poder llevarlas a cabo tiene una
mejor CVRS, una pregunta que sería importante responder es: ¿si el sistema de
salud
puede proporcionarles la información y los medios para favorecerlo? y ¿cuál es
la
percepción del individuo sobre este asunto?.
Algunos estudios hablan de la relación que tiene la CVRS con el nivel académico, los
ingresos y la ocupación de la persona, en este caso no se encontró relación, a pesar
de que predomina la educación básica en la población, la calidad de vida se percibe
como buena en su mayoría, en otros estudios se menciona que un bajo nivel educativo
y socioeconómico debido al acceso restringido al sistema de salud y medicamentos puede
afectar la calidad vida. Esta diferencia se debe a que los individuos incluidos en
este estudio cuentan con acceso a servicio médico que se adapta a sus necesidades
económicas.20
Factores como la DM II y la HTA están presentes en la mayoría de las personas, estos
concuerda con otras investigaciones; como en el caso de Schweikert, et al.,25 que encontraron un deterioro de la calidad de vida en los pacientes con IAM, pues
al ser enfermedades no transmisibles o crónicas, requieren de atención especializada,
y desde luego, de un alto nivel de autocuidado que permita evitar compilaciones cardiovasculares,
el individuo se ve en la necesidad de modificar diversos aspectos de su vida; por
lo tanto, su percepción física y psicóloga experimenta alteraciones, sería importante
observar a la población a largo plazo y ver cómo estás patologías y su manejo se modifican
con la EC; aquí entran en juego factores como la disminución de actividad física,
ya sea, por orden médica o por miedo a presentar un IAM de nuevo, esto conlleva a
evitar realizar sus actividades diarias tanto en casa como en su área de trabajo,
percibiendo un peor estado de salud y calidad de vida. 26,27
Rozmin, et al., proponen el abordaje a través del estilo de vida y la cultura para
la
realización de intervenciones, el autocuidado en las dimensiones desde la
perspectiva de Orem se ve involucrado y podría verse reforzado; esto por lo
encontrado en el estudio donde ninguna de las dimensiones cubre un total de buena
agencia de autocuidado, en este sentido, no se encontró evidencia en población
mexicana que aborde la cultura y el estilo de vida, hecho que sería de gran impacto
para el cambio en el autocuidado relacionado con procesos económicos y sociales,
como la globalización y la introducción de nuevos comportamientos que afectan
la
salud de la población.28
El autocuidado es una actividad básica en el ser humano y en condiciones de enfermedad
crónica
la práctica basada en conocimientos, se convierte en un acto de vida esencial.
En la
investigación realizada utilizando como base parte de la teoría de Orem se muestra
correlación positiva en sus dimensiones de poder, operacionalización y capacidades
fundamentales, dando como resultado que más del 50% tienen de regular a buena
agencia de autocuidado, lo que debería ponerse en observación; así como el tiempo
trascurrido desde el evento cardiovascular y que sucedió con sus actividades de
autocuidado, si este maduró y mejoro con el tiempo o siempre se realizó de igual
manera, para determinar los puntos críticos donde el personal de salud puede
intervenir para lograr que este autocuidado sea más eficaz; y por tanto, se vea
reflejado en aspectos como la CVRS. En este sentido, se debe tomar en consideración
lo relacionado con enfermedades crónicas previas al evento isquémico, como: diabetes
mellitus tipo II e hipertensión arterial, dado que estos eventos son comunes y
no
hay evidencia previa de investigación en estos casos.
Hay una cuestión a considerar: cómo las terapias de rehabilitación influyen en la
inserción social y en la percepción de desempeño físico del paciente y en la calidad
de vida, esto vinculado a lo que se pudo observar en el estudio de Barrantes-Morales28 y Donato donde los pacientes sufren un estancamiento debido a la carencia de estas
intervenciones y observando que la edad en la que se presentan la EC es cada vez menor
y en algunos casos la población es activa laboralmente; si no se logra esta inserción
se crea un efecto domino, donde no sólo el individuo se ve afectado, si no su entorno,
causando estragos sociales y económicos, dejando de ser terreno del área de salud
exclusivamente.29
Conclusión
Los países miembros de la OCDE y la OMS intentan superar obstáculos para la instauración
de
directrices sobre EC en atención primaria, entre ellos la falta de tiempo del
equipo
de salud, los costos de los medicamentos recetados y la falta de recursos de
atención médica destinada a la medicina preventiva, ya que pueden generar una
calidad subóptima de la atención, resultados adversos en salud y un mayor uso
de
recursos debido a las complicaciones, lo mencionado tiene repercusión en la CVRS
y
el autocuidado, las intervenciones en salud preventiva tanto primaria como
secundaria requieren de un equipo interdisciplinario dispuesto y con el
conocimiento, dotado de recursos materiales para brindar atención de calidad,
si
esto no se cumple, se vuelve un círculo vicioso que deriva en comorbilidades y
nuevos EC.
La CVRS tiene asociación con el autocuidado porque las acciones encaminadas a la mejora
de la salud recaen en las dimensiones de desempeño físico, psicológico y emocional
dando al individuo la sensación de bienestar.
El autocuidado es pilar en la salud de la persona y la educación que se le brinda
al individuo en los centros de atención, le permite obtener un enfoque de las acciones
que podrá realizar para alcanzar equilibrio, y a su vez llegar a una buena CVRS, estas
variables tienen relación en sus dimensiones; sin el autocuidado adecuado la calidad
de vida tiende a tener deterioro por el impacto negativo causado en la salud del sujeto.