Introducción
En su acontecer en la historia, la profesión de enfermería ha adoptado y construido
símbolos que le representan socialmente.1 Los más representativos son: el uniforme blanco, la capa, la lámpara y la cofia.
Cada uno de estos elementos simbólicos poseen un significado del ser y hacer de la
enfermería, es decir, comunican su identidad y status profesional.
La identidad es una construcción social que surge con el sentido de pertenencia, es
un diálogo entre el ‘yo y los otros’. Es un reconocerse en la interacción social con
el otro, es decir, un autorreconocimiento con el otro como representación de lo que
soy. De ahí que, hablar de la cofia en enfermería, es referirse a ese elemento representativo
e histórico del ser y hacer de las profesionales del cuidado.
Los antecedentes del uso de la cofia se remontan a la Edad Media, entre miembros de
la realeza y las órdenes religiosas quienes asumieron el papel de enfermeras o cuidadoras
en los hospitales civiles y militares. La palabra proviene de la raíz latina y significa
red que se ajusta a la cabeza, su propósito era cubrir el cabello, aunque su uso como
distintivo dentro de la enfermería vendría más tarde, se utilizaba para que durante
la noche se diferenciara la enfermera de una prostituta.2
También, tiene una función práctica por motivos de sanidad, pues ayuda a que el cabello
de la
enfermera no caiga sobre el campo de trabajo. Aun cuando el modelo de cofia de
enfermería que conocemos hoy tiene su origen en el velo blanco usado por las
religiosas para cubrir su pelo.
Otro antecedente del uso de la cofia es durante las dos grandes guerras del siglo
XX, en esos
momentos las enfermeras militares fueron protagonistas del cuidado de los heridos.
Y
para distinguirse, portaban en la cabeza cofias que demostraban los diferentes
rangos mediante ciertos aditamentos como medallas, escudos y cruces que las
condecoraban por el servicio prestado dentro de la institución militar.
Para los 70s da inicio la profesionalización de enfermería, con esto, el papel de
la cofia comienza a adquirir un significado de autoridad, sobre todo, de distinción,
en especial para las enfermeras diplomadas.
En el periodo de 1960 a 1980, en México las escuelas hospitalarias dan paso al sistema
de enseñanza universitaria, es en ese momento que las cofias confieren la distinción
de ser o no graduadas. Asimismo, a la cofia se le incorporan elementos distintivos,
una o varias cintas, las cuales representan el nivel y jerarquía del personal profesional.
Estas cintas pueden ser de diversos colores y su colocación de distintas maneras:
horizontal nos permite distinguir si estamos en presencia de una auxiliar de enfermería
(no llevan cintas) o de una enfermera profesional. De forma diagonal, del lado derecho,
significa jerarquías administrativas y del izquierdo, indica los niveles académicos.
Del mismo modo, el color blanco de la cofia de enfermería representa el honor, distinción
y responsabilidad en la profesión. También, evoca a las religiosas en el cuidado de
los enfermos y al servicio humanitario.
Sin embargo, el status e identidad clásica de la cofia como parte del uniforme de
la enfermera; ahora, se está dejando en desuso por distintos criterios: para algunas,
no tiene sentido su uso o estorba en la práctica cotidiana, es decir, se ha vuelto
anticuada.3
Lo precedente, nos lleva a la pregunta: ¿es útil el uso de la cofia en la práctica
contemporánea de enfermería? Ante estudiantes de licenciaturas en enfermería de la
Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM).
Material y métodos
Se realizó un estudio transversal, con estudiantes universitarios de nivel licenciatura,
durante el ciclo escolar 2020-2022; la unidad de observación fueron alumnas de
las
carreras de licenciatura en enfermería (LE), licenciatura en enfermería y
obstetricia (LEO), el muestreo fue no probabilístico de la ENEO-UNAM.
Criterios de inclusión: alumnas de los diferentes semestres de la LE y LEO de la ENEO-UNAM;
criterios de exclusión: no querer participar; criterios de eliminación: que no hayan
respondido el cuestionario correctamente. La muestra fue de 80 estudiantes del sexo
femenino
Se les aplicó un cuestionario sobre uso y resistencia de la cofia, de 13 reactivos,
el cual contenía datos generales: edad, licenciatura, turno y semestre con 7 reactivos
específicos de uso de cofia, se aplicó de forma individual, el tiempo de respuesta
fluctuó entre 2 a 3 minutos, los datos se recolectaron de enero a febrero de 2020.
La información se capturó y analizó en excel, se llevó a cabo un análisis descriptivo
y relativo para cada variable de la investigación.
Resultados
Se estudió a 80 estudiantes de enfermería el 82.5 % corresponde a estudiantes de la
LE y el 17.5 % a la LEO. El 82.5 % son del turno matutino, semestre que cursaban el
43.7 % son de cuarto, 32.5 % sexto y 23.8 % octavo; el promedio de edad 21 años.
El 87.5 % menciono que sólo usa la cofia cuando esta de práctica. Al preguntarle cuál
es el motivo del por qué la usa el 71 %, dijo: como parte del uniforme, 61 % por imposición
y solo el 15 % la usa como símbolo de identidad del profesional de enfermería.
Al preguntarles si les gusta usar la cofia el 62.5 % dijo que no, el 33.7 % menciono
que le es indiferente. En cambio, el 95 % considera no ser útil el uso de la cofia
para el rol que desempeña el profesional de enfermería.
Por otro lado, el 96 % considera que el uso de la cofia es un factor de riesgo porque
puede ser un fómite teniendo un impacto en las infecciones asociadas a la atención
en salud.
Discusión
Los datos obtenidos indican que hay un uso obligado de la cofia durante las prácticas.
Asimismo, el estudio señala: gran parte de las estudiantes considera su uso como parte
del uniforme, en este sentido, es importante comprender el significado de esta vestimenta
propia de las enfermeras. Según Conticello,4 el uniforme de enfermera otorga seguridad, identidad y aceptación en un grupo, además,
debe cumplir requisitos y normas impuestas por el hospital para su posible uso en
el área de salud.
En ese sentido, en algunas instituciones de salud como en el Instituto Mexicano del
Seguro Social existe una tradición muy arraigada en el uso de la cofia, pues hay un
patrón de identidad y jerarquía de la enfermería. De igual modo, han hecho estudios
sobre el riesgo de trasmisión de microorganismos infecciosos en la cofia y limitar
su uso en las instalaciones hospitalarias.5
Lo anterior, es un indicio de los posibles cambios en el uso de la cofia por considerarla
foco de contaminación; de la misma forma, en los datos reportados en el estudio hay
un alto porcentaje de estudiantes que considera esta prenda no útil en las actividades
que desempeñan, hoy como enfermeras. Asignándole sólo un significado de tradición
dentro del uniforme de la enfermería más que de utilidad práctica.
Sin embargo, la cofia durante décadas fue el distintivo de la enfermería en el mundo.
Por eso, para quienes consolidaron su uso institucional como sinónimo de profesionalismo
y autoridad en la materia, no es algo fácil de eliminar o hacer a un lado. Involucra
un simbolismo de esfuerzo, identidad, reconocimiento y servicio a través de los años.
Por esta razón, cabe hacer un recuento histórico del uso de la cofia como símbolo
en
enfermería. Primero, el origen del uniforme moderno data del siglo XIX retomado
de
las monjas como primeras mujeres enfermeras. Si bien, la palabra uniforme connota
un
sentido de orden y similitud, sirve para identificarse dentro de una institución,
para las enfermeras después de la guerra de Crimea (1853-1856), comenzaron a usar
la
vestimenta distintiva principalmente en la Cruz Roja y en los colegios y
asociaciones de enfermería de la época.
Florence Nightingale convirtió a la
enfermería en una profesión, además, de ser la pionera en cambiar el uniforme,
manteniendo un parecido al uniforme religioso. El atuendo consistía en una larga
falda gris y chaqueta de terciopelo que permitía ver los puños y el cuello de
la
blusa, con una cofia en la cabeza. Por su parte, la Cruz Roja, utilizaba un delantal
blanco con su logo igual que en la cofia, por debajo vestían una blusa azul.
Durante la I Guerra Mundial cambio el uniforme, las enfermeras tenían que ser rápidas
y
capaces de proporcionar cuidado y atención a los soldados de la manera más eficaz
posible, así pues, se añadieron bolsillos y mangas para facilitar el movimiento.
Al
finalizar la guerra, la vestimenta de entonces se dejó de usar, ahora era un vestido
que caía hasta los tobillos y se convirtió en el uniforme que hoy conocemos.6,7 El vestido blanco (o bata) con cuello y cofia al
igual que la ropa interior era lo habitual durante esta década.
En los 50s acorde a la moda de la época, las faldas y mangas de las batas se hicieron
más cortas, incluso se desmontaban y se sujetaban con corchetes al hombro. En cuanto
a los gorros o cofias, muchas veces eran piezas de papel dobladas que reemplazaron
las elaboradas cofias de tela que llevaban las enfermeras durante la I Guerra Mundial.
Los vestidos se volvieron más simples, se facilitó el lavado y planchado, incluso
el auge de las lavadoras y secadoras favoreció la limpieza y recambio de los uniformes
en el trabajo diario.
En los 70s la cofia desapareció, el uniforme comenzó a verse como ropa cotidiana,
se sustituyeron los trajes habituales por unos juegos de pantalones y chaqueta blanca.8 De igual forma, se dejó de usar tacones por unos zapatos más cómodos. Para la década
de los 90s el uniforme se ha ido reemplazado por los nuevos trajes de tela. Hoy, la
forma de reconocer a una enfermera es mediante la placa identificativa del uniforme
o bien por la diferenciación de color que haga el hospital o centro de salud.1
Ahora bien, en general hablar de la cofia es hacer referencia al uniforme clásico
de la enfermera. Su papel ha caído en desuso, pero mantiene un contenido y esencia
de significado del ser enfermera dentro de los canones de la profesión. Según J. Bleger,
el uniforme y la cofia son elementos de estructura ritualista que se encuentran en
un medio hospitalario donde el uniforme es determinante para el esquema corporal.
En la actualidad, la imagen que la sociedad tiene respecto a la enfermería se reduce
a una estereotipia, pues ésta sigue considerándose como un apostolado y vocación propios
del rol femenino en la sociedad. Si bien es sabido, cuando trabajamos para alguna
institución se establecen reglas para portar el uniforme con algunos otros símbolos
como la cofia.
Aún cuando, los símbolos son construidos culturalmente y resignificados en la historia,
en estos tiempos, observamos cambios que quizá quedan como un atuendo en los rituales
de graduación.9
En efecto, los resultados del estudio relacionan el uso de la cofia como parte del
uniforme y no como una necesidad. Asimismo, consideran que su uso es obligatorio,
de igual manera, la gran mayoría está consciente de que es un foco de cultivo de microorganismos
contaminantes.5,10
Conclusiones
Los datos encontrados por el estudio y cruzarlos con el significado y evolución del
uniforme en enfermería. Tenemos que, se deben considerar factores sociohistóricos
como: la moda, tradiciones, necesidades de cada época y contexto geográfico.
La principal causa de resistencia del uso de la cofia es que no le ven utilidad y
la consideran un factor de riesgo para las infecciones asociadas en la atención a
la salud. En consecuencia, ésta se encuentra expuesta al medio hospitalario, transportando
todo tipo microorganismos capaz de crecer en ella. Desde el punto de vista epidemiológico
la cofia se puede considerar un fómite.11
Ahora, algunos profesionales consideran obsoletos los símbolos, o simplemente piensan
que no tienen mayor significado en el quehacer cotidiano y científico del profesional
de enfermería. En cambio, esto no es los mismo para las enfermeras que fueron formadas
bajo el criterio de representación de la cofia como parte de la identidad profesional
y de autoridad institucional. De ahí, algunos dichos entre agremiadas: “bájale dos rayitas a tu cofia”, expresión usada cuando alguna compañera asume una postura de mando fuera de la
institución o en ambientes de convivencia lúdica.
Este significado ha caído en desuso en las nuevas generaciones de enfermeras, no obstante,
dentro de la historia universal de la enfermería, la cofia ha sido un símbolo esencial
en las cuidadoras. Por esta razón, su uso, como parte del uniforme, continuará en
los escenarios del ritual de graduación de las futuras profesionales.