Introducción
La enfermedad renal crónica (ERC) es reconocida como un problema de salud pública,
entre otras razones, por la afectación de la calidad de vida de personas de todas
las edades, por el rápido incremento de su prevalencia, y por el efecto de iceberg
generado por el desconocimiento que se tiene de su magnitud real, debido tanto a la
insuficiente captación como al subregistro de pacientes en estadios tempranos. En
México, la ERC terminal se cataloga como enfermedad de alto costo según el sistema
de seguridad social en salud, el cual, mediante el aseguramiento, responsabiliza a
las entidades promotoras de salud de ofrecer a sus afiliados los servicios de diálisis
y trasplante renal.1 La Organización Mundial de la Salud define la calidad de vida como “la percepción
individual de la propia posición en la vida dentro del contexto del sistema cultural
y de valores en que se vive y en relación con sus objetivos, esperanzas, normas y
preocupaciones”.2 La enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) por sus características tiene un gran
impacto sobre la calidad de vida relacionado con la salud (CVRS) de aquellos que la
padecen. Desde los estadios iniciales de la enfermedad hasta su fase terminal, los
síntomas, restricciones (sobre todo dietéticas) y su tratamiento se ven reflejados
en la vida diaria de estos pacientes.3 La enfermedad renal ocurre cuando los riñones, considerados órganos reguladores y
responsables de la eliminación de residuos metabólicos, no consiguen desempeñar sus
funciones, en consecuencia, generan desequilibrios metabólicos, endocrinos, electrolíticos,
hídricos y ácido-básicos. Se clasifica en aguda y crónica.4 En la actualidad, la incidencia y prevalencia de pacientes con enfermedad renal crónica
se ha incrementado considerablemente, requieren someterse a algún tratamiento que
podría ser diálisis peritoneal o hemodiálisis, por esta razón, es muy importante realizar
un estudio para conocer el estado de salud físico y mental. Las enfermedades crónicas
exigen de los profesionales de salud constante perfeccionamiento, en este sentido,
se realizan investigaciones con la intención de analizar los cambios en la calidad
de vida de los individuos afectados por ellas. Ahora, se puede modificar la calidad
de vida de una persona con ERCA, integrando para ello una adecuada evaluación del
apego al tratamiento administrado.5
Antecedentes
En 1994 se creó el Grupo de la Organización Mundial de la Salud para el Estudio de
la Calidad de Vida (WHOQOL), que definió la calidad de vida como: la percepción del
individuo de su posición en la vida en el contexto de la cultura y el sistema de valores
en los que vive y en relación con sus objetivos, expectativas, valores y preocupaciones.
El interés por el concepto de CVRS aparece a principios de los 60s y ha ido aumentando
en los últimos veinte años, ha llegado a ser un objetivo central de la asistencia
sanitaria y una medida esencial de los llamados instrumentos con resultados informados
por los propios pacientes (PRO). Los PRO son auto informes del estado de la salud
de los pacientes sin mediación de ningún profesional para capturar conceptos relacionados
con sus experiencias, cómo se sienten o funcionan en relación con su enfermedad o
tratamiento, y van más allá de la clásica evaluación de la su- pervivencia, la eficacia
clínica tradicional o los eventos adversos. Su uso creciente en los estudios experimentales
está proliferando, en especial, en los ensayos clínicos con medicamentos, entre los
que destaca la CVRS.6 A nivel mundial la enfermedad tiene una prevalencia entre 12 y 17 % en los mayores
de 20 años; en Estados Unidos de Norteamérica el incremento de pacientes con ERC que
ingresan a programa de diálisis es 6 % anual, mientras que en México la tasa anual
de pacientes en este programa es de 154.6 por millón de habitantes y la tasa anual
de trasplante renal es de 21.2 por millón de habitantes. La prevalencia de la ERC
se ha duplicado en los últimos 15 años y continuará aumentando si se tiene en cuenta
que el 16.8 % de las personas mayores de 20 años de edad padecerían la enfermedad.7 Un estudio realizado en dos centros de diálisis de la ciudad de Concepción, Chile,
demostró que la calidad de vida en esta población es regular a baja, ya que las medias
aritméticas del instrumento utilizado fueron: función física (64,7), rol social (55,9)
y rol emocional (52,5) obtuvieron las puntuaciones más altas, y las dimensiones rol
físico (23,6), vitalidad (38,2) y salud mental (38,1) obtuvieron las puntuaciones
más bajas, respecto a la salud mental, se observó que un 71,1 % de los pacientes manifiesta
que sólo algunas veces, alguna vez o nunca ha estado nervioso, mientras que un 28,9
% reconoce tener esa condición siempre o casi siempre. Un 44,5 % de ellos presentó
en algún grado sentimientos de tristeza y desánimo.8
En Tarragona, España se realizó un estudio sobre la calidad de vida en pacientes con
insuficiencia renal crónica en tratamiento con diálisis, en el cual se compararon
las características de los pacientes con la población en general, se encontró que
existe una calidad de vida disminuida en los pacientes en tratamiento de diálisis
siendo esta calidad peor en los mayores de 65 años y portadores de catéter temporal,
en cuanto a las dimensiones se encontró lo siguiente: función física (46.3), rol físico
(38.9), dolor corporal (52.9), salud general (33.3), vitalidad (39.3), función social
(59.2), rol emocional (57.1) y salud mental (59.2), siendo así las puntuaciones más
altas, rol emocional y salud mental, mientras que salud general y vitalidad resultaron
ser las puntuaciones más bajas. En conclusión, la calidad de vida en pacientes con
IRCT, es peor que la población de referencia en todas las dimensiones.9 En Barranquilla, Colombia un estudio sobre la calidad de vida relacionada con la
salud en pacientes con enfermedad renal crónica demostró que la enfermedad tiene una
carga sobre la calidad de vida de los pacientes en términos de salud física, salud
mental y carga de la enfermedad.10 En Puebla, México se realizó un estudio con la finalidad de establecer el nivel de
calidad de vida en pacientes con enfermedad renal crónica bajo hemodiálisis y el área
(salud física, psicológica, relaciones sociales y ambiente). Encontrándose, así que
los pacientes presentan una calidad de vida media-baja y el área más afectada es la
física, pero existe mayor correlación con las relaciones sociales, a mejor relación
social mejor calidad de vida percibe el paciente. En cuanto a las dimensiones la puntuación
mayor en promedio fue en el dominio psicológico de 67, sin mostrar diferencia entre
el sexo femenino ni masculino, seguido del ambiental con 63, relaciones sociales con
61, y el menor puntaje el dominio físico con 60, donde éste es el último aspecto que
más se encuentra afectado en los pacientes con enferme- dad renal crónica terminal
bajo tratamiento con hemodiálisis.11
Objetivo
Identificar las características del estado de salud física y mental en pacientes con
tratamiento sustitutivo de la función renal en diálisis peritoneal del Hospital General
Dr. Miguel Silva de Morelia, Michoacán.
Material y métodos
Se realizó a través de un estudio descriptivo de corte transversal, con enfoque cuantitativo,
con una duración de 6 meses. Para ello, el universo estaba constituido por 80 pacientes
que estaban en tratamiento de diálisis peritoneal, fueron excluidos los pacientes
que no aceptaron de forma voluntaria firmar el consentimiento informado, así como
pacientes que registran tener menos de un mes en tratamiento, de igual manera fueron
excluidos los pacientes que no se presentaron en la unidad de diálisis peritoneal
durante el período estipulado para la recolección de datos. Aplicados los criterios
de inclusión, la muestra final se conformó por 62 pacientes adultos entre 20 y 80
años. Se utilizó el cuestionario SF-36 validado al español, el cual alcanzó una fiabilidad
de 0.91 de alfa de Cronbach; dicho cuestionario consta de 36 ítems que engloban 8 dimensiones del estado de salud física y emocional de los pacientes
encuestados, obteniendo resultados positivos o negativos. Las respuestas obtenidas
en el cuestionario se modifican a una puntuación del 0 al 100, donde los valores más
altos indican una mejor calidad de vida. Se utilizó estadística descriptiva a través
del programa estadístico SPSS versión 22 para conocer frecuencias y porcentajes.
Resultados
Las características personales de la población estudiada se presentan a continuación:
los pacientes estudiados exhiben edades que oscilan entre 20 y 80 años, el mayor número
de pacientes 45.2 % se encuentra entre la población de 40 y 50 años, el 25.8 % de
30 a 40 años, el 11.3 % entre 20 a 30 años y 50 a 60, y el 6.5 % tienen la edad entre
60 a 70 años (gráfica I). Considerando el género, la población se encuentra distribuida de la siguiente manera:
el mayor porcentaje corresponde al género masculino con un 61.3 %, mientras que él
género femenino tiene menor porcentaje 38.7 % (gráfica II ).
Gráfica I
Resultados porcentaje de edades.

Gráfica II
Porcentaje variable género.

El examen de cada una de las dimensiones del cuestionario de salud SF-36 indica que:
función física: 50 % de los pacientes se encuentra con algún grado de limitación,
para hacer esfuerzos intensos, tales como: correr, levantar objetos pesados y realizar
deportes agotadores. En relación a los esfuerzos moderados, 90.3 % se hallan condicionados
en algún grado, para caminar más de una hora, mover una mesa, etc. Respecto a si su
salud actual les limita coger o llevar la bolsa de la compra se encontró que 61.3
% no la presenta, 50 % muestra dificultad para subir varios pisos por la escalera,
75.8 % les limita subir un sólo piso por la escalera, 82.3 % tiene dificultad para
agacharse o arrodillarse, 75.8 % les limita un poco caminar un kilómetro, 56.5 % les
restringe caminar varios centenares de metros, por lo que se refiere a si su salud
actual les limita caminar unos 100 metros 79 % si les limita un poco, la gran mayoría
90.3 % de los pacientes con insuficiencia renal crónica terminal, refiere que puede
vestirse y/o bañarse por sí mismo y sólo 9.7 % se encuentra muy limitado para hacerlo
(gráfica III). Rol físico: en todos los ítems, sobre 76.2 % de los pacientes declara que su salud física interfiere en el desempeño
de su trabajo y en la realización de sus actividades cotidianas, incluyendo rendimiento
menos que el deseado. Dolor corporal: referente la presencia de dolor en alguna parte
del cuerpo durante las 4 últimas semanas se encontró que 64.5 % sí presentaron dolor
moderado, mientras que 35.5 % manifestaron mucho dolor. En cuanto al porcentaje si
el dolor les ha dificultado su trabajo habitual se encontró que 79 % les dificulta
bastante, 19.4 % les dificulta de manera regular y 1.6 % no le dificulta nada. Salud
general: en cuanto a cómo consideran que es su salud el 80.6 % considera que su salud
es regular, mientras que 19.4 % es mala. El 53.2 % creen que se ponen enfermos con
facilidad más que otras personas, 83.9 % no creen estar sanos como cualquiera, 54.8%
no saben si su salud va a empeorar y 66.1 % creen que su salud no es excelente. Vitalidad:
85.5% nunca se sintieron llenos de vitalidad, 62.9 % siempre se sintieron agotados
y 45.2 % siempre se sintieron cansados durante las 4 últimas semanas. Función social:
75.8 % presentan dificultad al momento de realizar actividades sociales habituales,
y 83.9 % la salud física o los problemas emocionales siempre les dificultan realizar
actividades sociales. Rol emocional: 45.2 % tuvieron que reducir el tiempo dedicado
a su trabajo o a sus actividades cotidianas, 74.2 % hizo menos de lo que hubiera querido
hacer, 38.7 % hizo su trabajo o sus actividades cotidianas menos cuidadosamente que
de costumbre, por algún problema emocional. Salud mental: 53.2 % siempre estuvieron
nerviosos, 83.9 % siempre se sintieron bajos de moral que nada podía animarles, 35.5
% algunas veces se sintieron calmados y tranquilos, 59.7 % casi siempre se sintieron
desanimados y deprimidos, en cuanto a si se sintieron felices se encontró que 74.2
% nunca se sintieron felices (gráfica IV). En lo referente, a las dimensiones del cuestionario SF-36 las medidas aritméticas
fueron las siguientes: función social (79,8), rol físico (76,2), dolor corporal (71,75),
función física (71,13), salud general (67,72), vitalidad (66,1) obtuvieron las puntuaciones
más altas, mientras que la dimensión salud mental (54,3) y rol emocional (52,7) obtuvieron
las puntuaciones más bajas(gráfica V).
Gráfica III
Resultados de limitación al agacharse o arrodillarse de la dimensión: función física.

Gráfica IV
Resultados de desánimo y depresión de la dimensión: salud mental.

Gráfica V
Sumario de dimensión

La puntuación sumario de dimensiones quedo conformada por (72,02) salud física y (53,05)
salud mental (gráfica VI).
Gráfica VI
Puntuación de sumarios.

Discusión
Los resultados obtenidos fueron comparados con el estudio realizado en Concepción,
Chile referente a la calidad de vida en pacientes renales, Rodríguez, et al.,8 como instrumento de medición utilizaron el cuestionario SF-36, demostraron que la
calidad de vida es baja, ya que las medidas aritméticas fueron: función física (64,7),
rol social (55,9) y rol emocional (52,5) obtuvieron las puntuaciones más altas, y
las dimensiones rol físico (23,6), vitalidad (38,2) y salud mental (38,1) tuvieron
las puntuaciones más bajas, mientras que en esta investigación las medidas aritméticas
obtenidas fueron: función social (79,8), rol físico (76,2), dolor corporal (71,75),
función física (71,13), salud general (67,72), vitalidad (66,1) obtuvieron las puntuaciones
más altas, la dimensión salud mental (54,3) y rol emocional (52,7) tuvieron las puntuaciones
más bajas, cabe destacar que en ambos estudios la dimensión salud mental obtuvo puntuación
baja presentando, así con frecuencia sentimientos de tristeza y desánimo. El estudio
sobre la calidad de vida en pacientes con insuficiencia renal crónica en tratamiento
con diálisis,
Seguí, et al.,9 realizado en Tarragona, España demuestra que existe una calidad de vida disminuida,
en cuanto a las dimensiones, encontraron que el rol emocional y salud mental obtuvieron
las puntuaciones más altas y salud general y vitalidad puntuaciones más bajas, lo
cual no coincide con los resultados, ya que, en este estudio la dimensión rol emocional
y salud mental tuvieron la puntuación más baja. El estudio realizado en Puebla, México,
Sánchez, et al.,11 cuyo objetivo se asemeja, demostró que el área más afectada es la física, mientras
que en este trabajo el área más afectada es la mental.
Conclusión
La enfermedad renal crónica desencadena alteraciones físicas, psicológicas y sociales
importantes, relacionadas con la evaluación de la calidad de vida. Esta investigación,
permitió conocer las características del estado de salud física y mental de los pacientes
en tratamiento sustitutivo de la función renal con diálisis peritoneal del Hospital
General Dr. Miguel Silva de Morelia, Michoacán. Dando respuesta a los objetivos planteados,
la única diferencia radica en que el género masculino tiene menos limitaciones a la
hora de ejecutar actividades que implican esfuerzos intensos, ambos géneros además
presentan limitaciones al subir varios pisos por la escalera, agacharse o arrodillarse,
en cuanto a las características de la salud emocional, los pacientes se ven más afectados,
manifiestan con frecuencia nerviosismo, desánimo, depresión y moral baja. Lo precedente,
evidencia la urgencia de implementar estrategias terapéuticas psicológicas efectivas,
en la atención integral de estos pacientes que les permitan adaptarse al nuevo estilo
de vida. Es indispensable, para los profesionales de enfermería el percibir la necesidad
e importancia de conocer el estado emocional de los pacientes, escuchando sus anhelos,
miedos y preocupaciones; además, diseñar estrategias y medidas para favorecer el aprendizaje
en cuanto a la enfermedad, tratamiento, autocuidado y mejor calidad de vida.