Introducción
Según Carrillo R, Hernández A.2 en 1922 CD. Christie y AJ. Beams fueron los primeros en reportar que la capacidad
vital disminuía en la posición supina (PS). De igual forma, Hurtado y Frey en 1933
demostraron que la capacidad funcional residual se reducía de manera considerable
en el decúbito supino (DS), lo cual fue atribuido al desplazamiento diafragmático
por el peso de las vísceras abdominales. También, en 1955 Blair y Hickham demostraron
que los cambios de posición modificaban el intercambio gaseoso, presentándose mayor
desaturación de la hemoglobina en la posición de DS. Desde entonces, se pudo demostrar
que los cambios de posición modificaban el intercambio gaseoso y presentan mayor desaturación
de la hemoglobina en la posición DS. Después, Moreno y Lyons fueron los primeros en
postular y demostrar en 1961 que el DP mejoraba la oxigenación al incrementar la capacidad
funcional residual. Estos resultados pasaron inadvertidos hasta 1974 cuando en una
Conferencia de Consenso de Terapia Respiratoria se volvió a retomar el concepto de
que la presión transpulmonar y el reclutamiento alveolar eran dependientes de la posición
corporal y que se optimizaban en el DP.
Para Peniche KG, et al.,3 las primeras descripciones de la utilidad de la ventilación del DP datan de 1976
en el reporte de cinco casos de SIRA publicado por Piehl, en el que los pacientes
fueron colocados en la cama CircOlectric Bed, la cual los hizo girar de la PS a la
prona, observando el incremento en la PaO2, así como mayor facilidad para aspiración
de secreciones. Sin embargo, para Hernández GD, et al.,4 a pesar de esos pequeños éxitos iniciales, la DP se olvidó por una década; tal vez
porque colocar a un paciente en prono conlleva ciertos riesgos y contraindicaciones
en el contexto de la atención al paciente en estado crítico, con métodos de monitorización
y terapia cada vez más invasivos y sofisticados. Desde entonces, para Martínez O,
et al.,5 se han realizado múltiples estudios con la intención de entender la fisiopatología
de esta medida y evaluar si aporta beneficio clínico a los pacientes con insuficiencia
respiratoria aguda por SDRA.
Así, durante los últimos 20 años numerosos estudios han demostrado la mejoría de la
oxigenación en el DP en pacientes que presentan SDRA. Para Accoce M, et al.,6 este método de posicionamiento, que fue recomendado para mejorar la oxigenación,
puede ser implementado fácilmente en cualquier UCI, sin equipamiento especifico, ni
costoso. Esto ocurre porque en esta posición de DP, se optimiza la relación ventilación/
perfusión (V/Q) de los pulmones lesionados y se reduce el gradiente gravitacional
de la presión pleural.
Conforme a Romano PV, et al.,7 los sujetos con SDRA de origen pulmonar demostraron una respuesta significativa después
de sólo dos horas en la posición. Además, la perfusión de pulmón en esta posición
de DP es más homogénea.
Lo anterior significa para Seguras O. et al.,8 que en DS las regiones dorsales de los pulmones están en posición declive y la perfusión
pulmonar está favorecida por la gravedad, mientras que las regiones ventrales proclives
están menos perfundidas. Al hablar de distribución del flujo sanguíneo y la ventilación
pulmonares, la fuerza de gravedad no es el único factor influyente y es menos importante
que la influencia de los rasgos estructurales de vasos sanguíneos y vías aéreas, lo
que ha sido demostrado a través de estudios de marcadores radiactivos, tomografía
por emisión de positrones y tomografía computarizada.
Para Bastidas A.C. et al.,9 en el DS el gradiente de presión transpulmonar es mayor en las zonas no dependientes
(esternal) que en las dependientes (dorsal) y la consecuencia es llenado alveolar
irregular. Por el contrario, en el prono, los gradientes gravitacionales son más uniformes
y el gradiente medio calculado de la presión transpulmonar es significativamente menor
(p<0,0005) en comparación con la posición supina. Además, la postura en decúbito prono
es bien conocida por aumentar el volumen del pulmón (~17% más grande que en supino).
De hecho, para Rodríguez RD, et al.,10 el
cambio posicional afecta múltiples variables, por ejemplo, la masa del corazón
y
mediastinal que comprime las áreas dorsales pulmonares en la posición supina.
En
algunos pacientes se ha observado que la posición prona favorece el drenaje de
secreciones respiratorias, ya que en esta posición las vías aéreas tienen ángulos
hacia abajo y el movimiento de las vías aéreas pequeñas hacia las grandes, por
fuerza de gravedad, se ve favorecido.
Del mismo modo, las Guías Americanas y Europeas de SIRPA según González FJ, et
al.,11 recomiendan la posición
DP para pacientes con SIRPA con el fin de mejorar la oxigenación y el reclutamiento
pulmonar porque los enfermos con SIRPA se benefician de la posición DP. Por otro
lado, las guías de la American Thoracic Society, European Society of Intensive
Care
Medicine y Society of Critical Care Medicine recomiendan la posición DP en pacientes
con SIRPA grave de acuerdo con los criterios de Berlín por más de 12 horas. También
la Société de Réanimation de Langue Française de Francia recomienda la posición
DP
en pacientes con PaO2/FiO2 menor a 150 por, al menos, 16
horas. La Intensive Care Society del Reino Unido recomienda la posición en sujetos
con PaO2/FiO2 menor a 150 por, al menos, 12 horas. Estas recomendaciones se basan
en
los resultados de ocho ensayos clínicos aleatorizados, con un total de 2,129
pacientes, de los cuales, 1,093 fueron puestos en PP. Para Mora JA, et al.,12 la ventilación en posición prona
es un procedimiento seguro y sus complicaciones son poco frecuentes. Sin embargo,
los efectos adversos que aparecen más a menudo se relacionan con el desarrollo
de
úlceras por presión (UPP) y la obstrucción del tubo orotraqueal. De igual forma,
la
extubación accidental, el desplazamiento del tubo orotraqueal, el riesgo de
neumotórax y la pérdida de accesos venosos pueden ser eventos adversos.
De hecho, las complicaciones descritas por Freixes M, et al.,13 con mayor frecuencia son los edemas faciales y las UPP, estas últimas distribuídas
de manera heterogénea: un 46% en la zona de la pelvis, un 21% en el tórax y un 19%
en las EEII.
Por otra parte, aunque no hay contraindicaciones absolutas para el empleo de la PP,
se deben tomar en cuenta estas situaciones especiales, según Cornejo R, et al.,14 aumento significativo de la presión intracraneal, inestabilidad hemodinámica como:
arritmias severas, hipoperfusión severa, hipotensión refractaria; aumento significativo
de la presión intra abdominal (> 20 mmHg), lesiones inestables de la médula espinal,
gran cirugía abdominal o torácica reciente, tórax abierto o un tórax volante e incapacidad
para tolerar la P.P. como: fractura de pelvis y fractura inestable de huesos largos.
Ahora bien, para minimizar las complicaciones asociadas a la maniobra de preparación
del paciente que se va a pronar, según Campello C. et al.,15 la enfermera de cuidados intensivos actuará como líder del equipo asegurando la organización
e información del procedimiento para garantizar la correcta ejecución de la técnica
de giro. Se aconseja planificar los cuidados potenciando el reposo ininterrumpido,
y minimizar el estrés limitando medidas rutinarias como el baño o el cambio de sabanas,
así como reducir la intensidad lumínica del entorno y el ruido.
El recurso humano involucrado en la pronación implica según Hidalgo I, et al.,16 un médico que dirige y se hace responsable del control de la vía aérea colocándose
a la cabecera del paciente, dos enfermeras que se encargan de proteger los sitios
de presión tales como los pómulos, frente y rodillas, colocar los electrodos del electrocardiógrafo
en la espalda del paciente y cuidar de la correcta colocación de sondas y catéteres
antes, durante y después del cambio de posición. Con el apoyo de tres paramédicos
se coloca al paciente en posición lateral, justo en una de las orillas de la cama
para después colocarlo en DP sobre cuatro almohadillas elaboradas con bolsas de diálisis
(dos a tres apiladas por cada punto de presión) y colocadas como base en la parte
superior y externa de los pectorales y caderas con la intención de evitar el contacto
del abdomen con la cama. Pérez M. y Zegarra J.17 recomiendan tener un “kit de pronación”
constituido por gel posicionador grande para el apoyo de todo el tronco, geles pequeños
para zonas de apoyo, almohadas, cuñas de rotación, cremas o soluciones para la prevención
de UPP, ácidos grasos hiperoxigenado, entre otros.
Material y métodos
Estudio cuantitativo, no experimental, transversal, prolectivo, descriptivo y diagnóstico
cuyo propósito fue analizar la pronación, como tecnología de enfermería que produce
bienestar en el cuidado a los pacientes COVID-19, internados en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México. Variable medida: la pronación, como
tecnología de enfermería; dimensiones e indicadores de la variable en la dimensión
profesional de la salud; indicadores: capacitación, experiencia en pronación, personal
involucrado en la pronación y existencia de protocolos de pronación en el servicio
y liderazgo de enfermería en la pronación. En la dimensión mejoría de la mecánica
respiratoria del paciente, indicadores: mejoría en la saturación de oxígeno (PaO2),
drenaje de secreciones, mejoría en gases arteriales y tiempo de pronación. En la dimensión
complicaciones de la pronación, indicadores: inestabilidad hemodinámica, obstrucción
de la vía endotraqueal, pérdida de accesos venosos, úlceras de decúbito, edema facial
y genital, aspiración de secreciones y reducción de la mortalidad, en la dimensión
de indicadores especializados de enfermería, indicadores: evitar úlceras por presión,
utilización del kit de prevención, lubricación de la piel y liberación de puntos de
presión, utilización del reloj de cambios de posición de pacientes, aseo y movilización
de pacientes, colocación de colchones de posición alterna y almohadillas en cara y
miembros superiores e inferiores. Además, aspiración de secreciones, electrodos en
la espalda, curación de accesos vasculares, protector cutáneo en todas las zonas de
apoyo y colocación de almohadillas de cascarón en tórax y zona púbica.
El estudio se llevó a cabo en 3 etapas: primera, se hizo un análisis del estado del
arte de la pronación, como tecnología de enfermería, segunda, se estructuró el instrumento,
con preguntas cerradas, estructuradas, tipo Likert. Se hizo una prueba piloto con
el 9.81 % del personal de enfermería encuestados. Tercera etapa, se reestructuró el
instrumento y se aplicó a la muestra seleccionada de personal de enfermería que atiende
pacientes COVID-19.
El universo lo constituye el personal de enfermería que trabaja en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, alrededor de 530 personas entre los que están personal directivo,
supervisión y operativos de enfermería de todas las áreas de servicio. La población
la constituye sólo el personal de enfermería especializado que atiende pacientes COVID-19,
52 especialistas en los turnos matutino y vespertino. La muestra 52 especialistas
de enfermería, lo que representa el 100 % de la población y el 9.81 % del universo.
Criterios de inclusión: personal de enfermería especializado que atiende pacientes
COVID-19 en el Hospital General Dr. Manuel Gea González. Criterio de exclusión: personal
de enfermería profesional y no profesional no atiende pacientes COVID-19. Criterio
de eliminación se tomó en cuenta al personal de enfermería que no quiso participar
en la encuesta o bien que no concluyó la contestación del instrumento. El instrumento
de medición de la variable validado por 2 medios: una prueba piloto del 9.81 % de
la muestra seleccionada y un criterio de jueces, en donde especialistas de enfermería
opinaron en relación con los indicadores de medición de la variable.
Resultados
En los datos sociodemográficos se pudo observar que el 38.47 % del personal de enfermería
tiene menos de 30 años de edad, el 38.46 % trabajan en el turno vespertino, el 55.77
% son del sexo femenino, el 46.16 % es personal operativo y el 48.08 % no tiene ninguna
especialidad de enfermería de posgrado, aunque el 19.23 % sí son especialistas.
En cuanto a la dimensión de capacitación y experiencia en pronación, el 59.62 % del
personal que está involucrado en la pronación son médicos, enfermeras y camilleros,
el 50.01% comentan que si recibieron suficiente capacitación sobre el virus SARS-CoV-2
con lavado de manos, equipos de protección personal, complicaciones, medicamentos
de analgesia y mecánica de la pronación (gráfica I).
Gráfica I
Distribución de la opinión del personal de enfermería en torno a si recibió alguna
capacitación en materia de pronación, en el Hospital General Dr. Manuel Gea González,
en la Ciudad de México.2020
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Fuente: cuestionarios de investigación: la pronación: tecnología de enfermería que
produce bienestar en el cuidado de los pacientes COVID-19, en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México, aplicados en octubre y noviembre,
2020.
De igual forma, el 57.70 % tienen experiencia en pronación porque han recibido una
buena capacitación en el hospital; el 50.01 % opina que sí existe en los servicios
guías y protocolo de pronación, lo que permite seguir capacitando. Asimismo, 67.31
% del personal entrevistado, considera que las enfermeras del hospital siempre han
sido líderes en las maniobras de pronación y son ellas quienes dirigen el equipo para
favorecer la mecánica respiratoria de los pacientes, colocando electrodos en la espalda
para estar pendiente de los cambios hemodinámicos del paciente para evitar riesgos
y complicaciones (gráfica II).
Gráfica II
Distribución de la opinión del personal de enfermería en torno a si consideran que
el personal de enfermería es líder en el aspecto de pronación, en el hospital general
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México.2020

Fuente: cuestionarios de investigación: la pronación: tecnología de enfermería que
produce bienestar en el cuidado de los pacientes COVID-19, en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México, aplicados en octubre y noviembre,
2020.
Observaciones: el 50.01 % del personal de enfermería dicen que si recibieron suficiente
capacitación sobre el virus SARS-CoV-2 como: lavado de manos, equipo de protección
personal, riesgos, complicaciones, medicamentos de analgesia y mecánica de movilización
y el 1.92 % creen que alguna vez si recibieron información sobre el virus y equipo
de protección personal, pero tienen muchas dudas.
Observaciones: el 67.31% del personal de enfermería consideran que las enfermeras
siempre han sido líderes en las maniobras de pronación y el 7.69 % creen que las enfermeras
nunca han ejercido el liderazgo, dado que se guían por lo que los médicos dicen.
En relación con la dimensión mejoría en la mecánica respiratoria de los pacientes,
el 84.62 % del personal de enfermería considera que con la pronación los pacientes
mejoran muchísimo, saturando entre el 80 y 100 % de oxígeno, (gráfica III) el 40.39% piensan que el drenaje de secreciones también mejora con la pronación,
el 89.48% creen que si existe mejoría en los gases arteriales con la posición prono
y el 53.85% piensan que el mejor tiempo de pronación es de 18 horas (gráfica IV).
Gráfica III
Distribución de la opinión del personal de enfermería en torno a si creen que mejora
la saturación de oxígeno con la pronación, en el hospital general Dr. Manuel Gea González,
en la Ciudad de México.2020

Fuente: cuestionarios de investigación: la pronación: tecnología de enfermería que
produce bienestar en el cuidado de los pacientes COVID-19, en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México, aplicados en octubre y noviembre,
2020.
Gráfica IV
Distribución de la opinión del personal de enfermería en torno a si existe mejora
en los gases arteriales con la pronación, en el hospital general Dr. Manuel gea González,
en la Ciudad de México.2020

Fuente: cuestionarios de investigación: la pronación: tecnología de enfermería que
produce bienestar en el cuidado de los pacientes COVID-19, en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México, aplicados en octubre y noviembre,
2020.
Observaciones: el 84.62 % del personal de enfermería creen que con la pronación los
pacientes mejoran bastante llegando a saturar entre 80% a 100% de oxígeno mientras
que el 3.84 % piensan que con la pronación los pacientes mejoran entre el 40 y 59
% de la saturación de oxígeno.
Observaciones: el 44.24 % del personal de enfermería creen que sí existe bastante
mejoría de los gases arteriales con la pronación, otro 44.24 % piensan que sí existe
mejoría en los gases arteriales en la posición de pronación y el 5.76 % consideran
que a veces con la pronación los gases si mejoran, pero otras veces no.
En cuanto a las dimensión complicaciones de la pronación, el 71.16 % del personal
de enfermería manifiestan que a veces los pacientes sí presentan inestabilidad hemodinámica,
derivada del cambio de posición, aunque no siempre ocurre así, (gráfica V) el 57.70 % consideran que durante la pronación nunca hay obstrucción de la vía aérea,
porque al momento de realizar esta técnica, supervisan y cuidan que el tubo endotraqueal
no se doble, así como en todas las líneas que tienen los pacientes, el 57.70 % comentan
que nunca se presentan pérdidas de accesos venosos porque cuidan todos los detalles
y vías de acceso al paciente, como la permeabilidad de las vías y catéteres, el 42.31
% opinan que los pacientes no presentan úlceras por presión debido a que se realiza
la rotación de cara y de miembros superiores e inferiores por lo menos una vez por
turno, cuidando que la ropa de cama esté sin arrugas y colocando colchones de cáscara
de huevo y el 51.93 % piensan que la pronación no incrementa la mortalidad de los
pacientes, dado que estos mejoran (gráfica VI).
Gráfica V
Distribución de la opinión del personal de enfermería en torno a si existe inestabilidad
hemodinámica en los pacientes en pronación, en el Hospital General Dr. Manuel Gea
González, en la Ciudad de México. 2020

Fuente: Cuestionarios de investigación: la pronación: tecnología de enfermería que
produce bienestar en el cuidado de los pacientes COVID-19, en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México, aplicados en octubre y noviembre,
2020.
Gráfica VI
distribución de la opinión del personal de enfermería en torno a si existen úlceras
por presión después de la pronación, en el Hospital General Dr. Manuel Gea González,
en la Ciudad de México.2020

Fuente: cuestionarios de investigación: la pronación: tecnología de enfermería que
produce bienestar en el cuidado de los pacientes COVID-19, en el Hospital General
Dr. Manuel Gea González, en la Ciudad de México, aplicados en octubre y noviembre,
2020.
Observaciones: el 71.16 % del personal de enfermería creen que a veces los pacientes
si presentan inestabilidad hemodinámica durante la pronación, el 5.76 % creen que
no presentan inestabilidad hemodinámica, pero otro 5.76 % consideran que la mayoría
de las veces, los pacientes sí la presentan.
Observaciones: el 42.31 % del personal de enfermería creen que los pacientes no presentan
UPP después de la pronación y el 21.15 % piensan que algunas veces los pacientes si
las presentan.
En relación con la dimensión de cuidados especializados de enfermería, el 50.01 %
del personal de enfermería, manifiestan que a veces, si se facilita la aspiración
de secreciones, pero otras veces no, ya que con el tubo endotraqueal que tiene el
paciente, es más difícil realizar la pronación, el 53.88 % dicen que si cuentan con
el kit de pronación para tener a los pacientes en decúbito ventral, en el Hospital,
el 80.77 % consideran que siempre cuidan que el paciente no tenga UPP, en particular,
en el pabellón auricular, genitales, mamas, rodillas y dedos de los pies, el 57.70
% piensan que siempre lubrican la piel de los pacientes colocando vaselina después
de realizar el baño y cada vez que sea necesario, el 65.39 % piensan que siempre realizan
la higiene y movilización de los pacientes, ya que los limpian minuciosamente, sobre
todo, en las áreas delicadas o especiales, el 73.08 % consideran que siempre colocan
almohadillas en los puntos de presión de la piel de los pacientes porque de esa forma,
evitan lesiones en la piel y ayudan a prevenir UPP y el 94.24 % dicen que siempre
colocan electrodos en la espalda de la paciente, ya que de esta manera, pueden visualizar
el electrocardiograma y el funcionamiento del corazón, así como la presencia de arritmias.
Discusión
En relación con los datos sociodemográficos, el 38.47 % del personal entrevistado
tienen menos de 10 años, lo que contrasta en la investigación realizada por Páez GV.18
cuyas edades de las enfermeras tiene una media de 37 años: De igual forma, el 50.77
% son de sexo femenino, lo que es semejante Castrillón MC.19 que el personal de enfermería
en un 95 % son mujeres, como ocurre en la mayoría de los hospitales.
En cuanto a la capacitación y experiencia en pronación, el 50.01 % del personal dice
haber recibido suficiente capacitación sobre el virus, lavado de manos, el equipo
de protección personal, riesgos de infectarse, medicamentos, mecánica de movilización,
entre otros, lo que fue semejante en la investigación de Hernández GD et al.,20 quienes refieren que es necesario para pronar pacientes, contar con un equipo capacitado
en específico en la maniobra, preferentemente, enfermeras intensivistas. En relación
al equipo que debe pronar pacientes, el 59.62 % del personal dicen que lo realizan
médicos, enfermeras y camilleros, lo que es semejante en los resultados de Carrera
A. et al.,21 en donde el equipo debe ser constituido por médicos y paramédicos entre los que están
enfermeras y auxiliares de enfermería. En relación al liderazgo del personal de enfermería
en el aspecto de pronación, el 67.31 % del personal consideran que las enfermeras
siempre han sido líderes, dado que ellas son quienes dirigen al equipo para favorecer
la mecánica respiratoria, lo que es semejante a la investigación de Huerta Y. y Valencia
A.22 que comentan que los profesionales de enfermería son quienes se ha posicionado en
un alto porcentaje el liderazgo del procedimiento y cuidados, dada que la valoración
que enfermería realiza en todo momento.
En cuanto a la dimensión mejoría de la mecánica respiratoria, el 84.62 % del personal
de enfermería manifiestan que con la pronación los pacientes mejoran muchísimo, saturando
del 80 al 100 %, lo que contrasta con los estudios de Barrantes F. y Vargas Z.22 quienes dicen que los individuos que no muestran evidente mejoría de al menos 5 %
de saturación de oxígeno con la pronación, deberán regresarse al decúbito dorsal.
Ahora, en relación al drenaje de secreciones en la pronación, el 40.39 % del personal
dicen que sí mejora el drenaje de secreciones lo que es similar a los estudios realizados
por Johnson N. et al.,23 quienes comentan que la ventilación prona tiene efectos fisiológicos para los pacientes,
ya que previene la acumulación de secreciones y promueve la eliminación de ellas.
Ahora, este aclaramiento de secreciones también contribuye a mejorar la ventilación-perfusión,
lo que se traduce en la disminución de la incidencia de neumonías. En relación a cómo
se considera el mejor tiempo para pronar a los pacientes, el 53.88% del personal dicen
que 18 horas, lo que es similar con Pérez OR. et al.,24 que consideran que el mejor tiempo por lo menos, 16 horas al día de forma temprana
con una relación de PaO2 FiO2 de <150. Ahora, el retraso mayor a tres días a la pronación
de un paciente con SDRA no le confiere beneficios, por lo que deberá usarse la técnica
antes de 12 a 72 horas.
En cuanto a las complicaciones de la pronación, el 71.16 % del personal manifestó
que a veces, los pacientes si presentan inestabilidad hemodinámica derivada del cambio
de posición, aunque esto a veces, no ocurre. Esto concuerda con las investigaciones
realizadas por Peniche KS. et al.,3 cuando refieren que al cabo de 48 horas de mantener la ventilación mecánica en DP
los criterios para el cambio de posición a decúbito supino fueron: mejoría en la oxigenación
y en caso de no cumplir con el criterio, mejoría en la ventilación en DP hasta completar
72 horas. Ahora, si el paciente presentaba inestabilidad hemodinámica o lesiones faciales,
se hacía a cambio a DS. El efecto adverso que se observó en la pronación con mayor
frecuencia fue el edema facial el cual mejoraba con el cambio de posición de manera
repetida y no se reportaran otros efectos como la extubación orotraqueal fortuita,
retiro incidental de catéter central, salida de sonda nasogástrica y obstrucción de
sonda uretral. Esto último, concuerda totalmente con la opinión del personal encuestado
cuando dicen en el 57.70 % que durante la pronación nunca hay obstrucción de la vía
aérea porque en el momento de realizar la técnica, supervisan y cuidan el tubo endotraqueal
y también en un 57.70 % evitan las pérdidas de accesos venosos del paciente.
De igual forma, el 51.93 % del personal consideran que la Pronación no incrementa
la mortalidad, lo que es similar a los resultados de Fernández R. et al.,25 cuando
dicen que la implementación temprana desesiones prolongadas de pronación se asocia
con una disminución de la mortalidad en pacientes con síndrome de distrés respiratorio
del adulto demostrado por Guerin A. en 2013. Esto es contradictorio a lo que opina
Gallardo A.26 que afirman que, si bien los estudios de la ventilación prona realizados
han demostrado ser prometedores en mejorar la estática, distribución del gas alveolar,
capacidad hospitalaria funcional y estadísticas de oxigenación, no han demostrado
reducciones en los índices de mortalidad.
En relación a la dimensión de cuidados especializados de enfermería el 50.01 % del
personal entrevistado manifiesta que, si es fácil aspirar las secreciones de los pacientes,
estando en la PP y confirmando que el paciente ventile bien. Esto es similar a lo
que plantea Hidalgo I. et al.,27 cuando comentan que la aspiración de estos pacientes debe hacerse con preoxigenación
al 100 % y un circuito cerrado de aspiración, dado la inestabilidad repentina que
presentan. Ahora, en cuanto a si cuentan con un kit de pronación, el 53.85 % del personal
considera que siempre tienen a la mano el kit de protección porque lo creen indispensable,
lo que es similar al utilizado por Bertoja N. et al.,²8 quienes también utilizan el
kit y que consiste en: gel grande para el apoyo del tronco, geles pequeños, cremas
para la presencia de las úlceras por presión, ácidos grasos hiperoxigenados, electrodos,
almohadas etc. De igual forma, en las úlceras por presión, el 80.77 % del personal,
consideran que siempre cuidan que el paciente no las tenga, en especial, en el pabellón
auricular, genitales, manos, rodillas, pabellón auricular y dedos de los pies. Para
este cuidado, el personal de Enfermería aplica aceite de oliva extra virgen, vaselina
sólida, talco boratado y apósitos hidrocelulosos. Dichos cuidados son similares a
los que comenta Freixen M. et al.,13 cuando dicen que en las complicaciones del DP con mayor frecuencia son los edemas
faciales y las úlceras por presión, distribuidos de manera heterogénea: 46% en la
zona de la pelvis, 21 % en el tórax y un 19 % en las extremidades. Por ello, el papel
primordial de enfermería en la prevención de estas complicaciones. Por lo anterior,
el personal de enfermería manifestó que en un 73.08 % colocan almohadillas en los
puntos de presión para evitar lesiones en los pacientes.
Conclusiones
El DP ha demostrado ser una maniobra con gran impacto sobre la fisiología respiratoria,
útil y accesible para la mayor parte de las unidades de cuidados intensivos. Por tanto,
el personal especializado de enfermería recomienda esta maniobra, dada también la
enorme evidencia científica que considera que la pronación aporta beneficio a los
pacientes al mejorar la oxigenación y la ventilación de la mecánica respiratoria.
Hoy en la era de la COVID-19, el D.P. se ha popularizado pronar a todos los pacientes
que están hemodinamicamente estables, con lesiones pulmonares agudas, con SIRA, con
hipoxemia y por el drenaje postural de secreciones. La responsabilidad del cambio
postural recae sobre los profesionales de enfermería que se han preparado y adiestrado
para minimizar los riesgos y valorar las complicaciones asociadas al procedimiento
tales como: pérdida u obstrucción del tubo endotraqueal, lesiones cutáneas por presión,
edema facial y conjuntival, úlceras corneales, espasmos musculares, regurgitación
o intolerancia de la nutrición enteral y alteraciones del estado hemodinámico y/o
respiratorio.
Por último, el DP requiere del personal de enfermería capacitado y entrenado en esta
maniobra, dado que los cuidados de la vía aérea aun como los catéteres y sondas, son
un factor determinante en el bienestar de los pacientes, para evitar complicaciones
fatales.